Pro Human Biolaw

This project has been funded with support from the European Commission. This publication [communication] reflects the views only of the author, and the Commission cannot be held responsible for any use which may be made of the information contained therein.

PROGRAMA DE DOCTORADO CONJUNTO EN BIODERECHO Y DERECHOS HUMANOS

 EN PROCESO DE APROBACIÓN

OTORGADO DE FORMA CONJUNTA POR LAS SIGUIENTES UNIVERSIDADES
Universidad de Murcia (España)
Universidad de San Luis Potosí (México)
Universidad de Guadalajara (México)
Universidad de Costa Rica (Costa Rica)
Instituto Tecnológico de Costa Rica (Costa Rica)
Universidad Hispanoamericana (Costa Rica)
Universidad Nacional del Litoral (Argentina)
Universidad Nacional de Córdoba (Argentina)

Dentro de los objetivos fijados por el proyecto, no cabe la menor duda de que, la confección e implantación de un doctorado conjunto de carácter internacional en Bioderecho, era el más ambicioso de todos ellos. La difusión, formación básica y aproximación a la sociedad del bioderecho, llevada a cabo a través de los Cursos de Formación, Seminarios Presenciales, Estancias de formación y Congresos realizados, debía implementarse con la creación de unos estudios de doctorado de amplio espectro y con capacidad para llevar al Bioderecho al más alto nivel de formación y de profundización en el ámbito de la investigación. La complejidad de esta tarea se sabía que era de gran nivel, pero los resultados que produciría, también se era consciente de que supondrían un enorme beneficio, tanto para sus destinatarios, como para las Instituciones de Educación Superior comprometidas en su implantación e impartición.

A pesar de los complejos trámites administrativos necesarios, las dificultades derivadas de compatibilizar las legislaciones propias de cada Institución y de cada país y los diferentes entornos en los que la implantación de estos estudios había hacerse efectiva, el Doctorado conjunto en Bioderecho y Derechos Humanos en breve será una realidad. En estos momentos se encuentra en trámite de aprobación por los órganos competentes de las distintas universidades que lo conforman y sólo es cuestión de unos pocos meses que estos estudios superiores, en una materia absolutamente innovadora, estén a disposición de la sociedad.

El entusiasmo con el que ha sido acogida esta propuesta formativa nos ha permitido superar las expectativas programadas. Si, en un principio, las previsiones eran que estos estudios fuesen implantados por cinco universidades correspondientes a tres países (España, México y Costa Rica), la propia dinámica de trabajo y el interés que ha suscitado la temática ha permitido incorporar a tres nuevas universidades y a un nuevo país (Argentina). De este modo, la Universidad Hispanoamericana de Costa Rica y las Universidades argentinas Nacional del Litoral y Nacional de Córdoba (que no pertenecen al consorcio del proyecto) se han adherido a la propuesta de implantación del doctorado y han enriquecido su potencialidad y expansión permitiendo que sean ocho las universidades que, finalmente, implantarán estos estudios y expedirán los correspondientes títulos de forma conjunta. Además, el doctorado cuenta con la participación activa de profesorado de las universidades europeas que forman parte del proyecto Pro Human Biolaw (la Universidad de Lille – Francia y las universidades de la Campania «Luigi Vanvitelli» y Federico II de Nápoles – Italia). Aún más, se ha incorporado al doctorado profesorado procedente de otras universidades españolas, francesas e italianas y de instituciones de reconocido prestigio como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España.

En breve ofreceremos una información más detallada del Doctorado conjunto en Bioderecho y Derechos Humano. Esta información estará disponible en cuanto se haga efectiva la aprobación definitiva por parte de todas las universidades comprometidas en su implantación. Compromiso de implantación que ya fue establecido en el Convenio de colaboración suscrito entre todas la universidades participantes y firmado a finales del pasado año 2023.

Tan sólo de forma orientativa cabe indicar que este doctorado va a disponer (entre otras muchas ofertas) de:

  • Cursos propios de formación y actividades específicas de inicio en la investigación en el ámbito del bioderecho.
  • Complementos formativos específicos para la formación en bioderecho.
  • Profesorado interdisciplinar procedente de las distintas universidades y países participantes.
  • Posibilidad de estancias de formación.
  • Tesis en cotutela.
  • Acceso a los recursos de las distintas universidades participantes.
Todo ello para poder ofrecer unos estudios de calidad y excelencia a través de la oferta de cuatro líneas de investigación:
 
  • Bioderecho, ética, vulnerabilidad e interculturalidad.
  • Bioderecho y medioambiente.
  • Bioderecho y salud: biomedicina, bioética y relación clínica.
  • Bioderecho y tecnología.
 

La ciencia ha experimentado, desde finales del siglo XX, un avance a nivel biotecnológico de proporciones inimaginables pocos años atrás. El objeto principal de la investigación científica ha sido el ser humano, la vida humana en todas sus facetas temporales, el medio ambiente y todo lo que lo integra, y se han alcanzado tales niveles de intervención en la entidad constitutiva de la persona y en la tecnificación del entorno que la repercusión que ello ha tenido a nivel social, humano y ambiental probablemente no es comparable a ninguna otra de las conquistas científicas.

Avances técnicos y científicos, en el ámbito de la genética, la medicina, la robótica, la salud en general y su repercusión en los ecosistemas han revolucionado la realidad humana tal y como la conocíamos hasta ahora. Se han traspasado las fronteras de laboratorios y centros de investigación tecnológicos hasta penetrar en la vida cotidiana de la persona e interrogar al conjunto de la sociedad. El asombro ante las expectativas abiertas, las dudas éticas ocasionadas o la sensación de que se precisa de una cierta intervención jurídica garante de los derechos humanos, y en especial de la dignidad humana, es un hecho que se percibe a nivel global.

La magnitud de los hechos plantea serios dilemas sobre el futuro de la existencia humana, la vida en dignidad y el legado a las generaciones futuras. Se hace imprescindible una reflexión profunda de corte académico, legislativo y social. Es necesario preguntarse si, frente al creciente poder de intervención de la ciencia en la vida humana y en el entorno, todo lo que es técnicamente posible es éticamente aceptable y, si lo es (o lo es, al menos, en parte), dentro de qué límites jurídicos.

El origen de la vida, los descubrimientos de la ingeniería genética, las intervenciones ante la proximidad de la muerte, la capacidad para tomar racionalmente decisiones difíciles, el valor del principio de autonomía personal, los avances en materia de salud, las nuevas fronteras del derecho a la intimidad, los límites al control informatizado, la privacidad, la utilización y protección de datos (especialmente los sanitarios), la influencia de nuestros modos de vida y de la tecnología en los ecosistemas y en la calidad de vida, la salud pública global, la manipulación de animales y plantas, el respeto a la identidad cultural y multicultural, los retos que plantea el cambio climático y el calentamiento global, el cuidado del medio ambiente o el papel de los gobiernos en una política respetuosa con las exigencias de sus ciudadanos y ciudadanas, son buenos ejemplos que ilustran la trascendencia de los nuevos retos del milenio y que, en definitiva, han propiciado la eclosión del Bioderecho como disciplina y método de trabajo interdisciplinar y el crecimiento que, en las tres últimas décadas, ha experimentado la relación entre biología, tecnología, medicina, ética y derecho.

El Bioderecho tiene su punto de partida en una concepción aglutinante de los esfuerzos, entendiendo que, en el ámbito de las ciencias de la vida es preciso crear un derecho (o un bioderecho) basado en una ética de mínimos que actúe como el mínimo común denominador ético en el seno de una sociedad pluralista, altamente fundamentado en los conocimientos y acreditaciones que sustenta la ciencia y que articule sus construcciones jurídicas en torno a la protección y fortalecimiento de la dignidad del ser humano y las soluciones más justas. Bioderecho como nueva forma de afrontar la búsqueda de solución a los conflictos que plantea el contexto actual desde planteamientos éticos, con el aval de la ciencia y bajo el marco de en un derecho cercano a la sociedad cuyo referente radique en el imperativo sustentado por los Derechos Humanos.

Esa es la realidad de un Bioderecho que nace del método interdisciplinar. En la actualidad, la interconexión e interdependencia entre las ciencias es cada vez más evidente y las soluciones justas y respetuosas con la identidad (humana, natural y medioambiental) de nuestro entorno exigen del concurso de un nuevo estilo de trabajo. Un Bioderecho con vocación de progresiva expansión hacia otros ámbitos del conjunto existencial en los que se unen naturaleza, técnica y ser humano. Son las ciencias de la vida en sentido omnicomprensivo, que se ocupan tanto de la salud, como de las nuevas tecnologías; del medio ambiente, como de la biotecnología aplicada; de los derechos humanos como de la biodiversidad; de la ética en la investigación como del desarrollo sostenible. El ámbito es de notable entidad, los retos innumerables, pero el objetivo final es merecedor del esfuerzo: una sociedad más justa, el rescate de la dignidad del ser humano, la opción por la sostenibilidad, la defensa de la solidaridad social y jurídica, la eliminación de los conflictos entre ética y tecnología y la creación de un derecho preocupado por las personas. Ante una controversia que afecta a un tema de salud; ante un problema relacionado con las nuevas tecnologías, la privacidad o la intimidad; ante una cuestión medioambiental; o ante un problema de dignidad, no sólo interviene la ciencia y sus conocimientos avanzados; también interviene la ética, que se interroga por los límites y las realidades transcendentes comprometidas en la decisión a tomar; y también lo hace el derecho estableciendo los cauces de convivencia necesarios, las garantías de los derechos reconocidos, los deberes asignados y el mínimo común denominador mediante el que derecho, ética y ciencia convergen en la construcción de una solución justa.

Profundizar en el estudio del campo interdisciplinar que aborda el Bioderecho, supone estar abiertos a todas las problemáticas presentes y venideras; abiertos a todo tipo de perfiles de las ciencias sociales, jurídicas, sociosanitarias, naturales y tecnológicas; a todo tipo de personas, dada la dimensión multicultural de la sociedad; y con un objetivo común: aportar (desde esa visión integradora de las reflexiones que aportan las distintas ciencias) soluciones a los retos que nos plantea el mundo de hoy y que sean justas y respetuosas con los Derechos Humanos. Ante este novedoso campo de trabajo que se abre (el Bioderecho) es necesario contar con instrumentos colectivos que le vayan dando forma y que desarrollen las múltiples temáticas que forman parte de su contenido. Se trata de desarrollar esta nueva fórmula de abordar el tratamiento de problemas complejos que propone el bioderecho.

Este es el objetivo que da carta de naturaleza al Doctorado conjunto en Bioderecho y Derechos Humanos y que, en consonancia con las necesidades de formación e incorporación de nuevos expertos a la sociedad actual, se desarrolla a través de esas cuatro líneas de investigación bien definidas: el bioderecho desde las perspectivas de la ética, la vulnerabilidad y la interculturalidad; el bioderecho en el ámbito de las cuestiones que afectan a la salud (biomedicina, bioética y relación clínica); el bioderecho desde el análisis de los retos que plantea la tecnología; y el bioderecho como fórmula de actuación a nivel medioambiental